sábado, 18 de abril de 2009

La "crisis"

Después de la riada de marzo de hace unos años en Santa Cruz de Tenerife, la "crisis" más cercana que me ha tocado (...y toco madera), aprendí varias cosas que las puedo aplicar a esta nueva crisis (esta vez económica):

La PRIMERA, que no se le debe hacer ningún caso a los medios de comunicación. Una vez tenemos el susto de las facturas encima de la mesa encendemos la TV, internet, prensa, radio... todos nos dan las mismas malas noticias, como si en el mundo no sucediera nada bueno y eso es mentira. Ellos aprovechan el tirón mediático y lo estiran hasta hartarse y no poder más... de repente ya no hay crisis y todos felices otra vez. Se aprovechan de nuestros miedos, juegan con ellos y nos hacen caer en sus redes (ver "Batman Returns", para saber cómo reciclar nuestro miedo y convertirlo en algo bueno).

La SEGUNDA cosa que aprendí fue que con poco también se es feliz. Me atrevería a decir que cuando más feliz he sido es cuando menos he tenido, porque esas pocas cosas las sabía valorar mucho más y las disfrutaba como nunca. Estoy de acuerdo en que se pasa mal, es cierto, pero los buenos momentos se nos quedan grabados a fuego en la mente, como queriendo decirnos "¡cógelos que vas a tener pocos ratos como este!". Mis mejores recuerdos incluyen varios de ellos.

La TERCERA: ser un poco precavido no está de más nunca, ni siquiera en los buenos tiempos. Comprar velas, pilas, linternas, hornillo, gas y agua, que siempre viene bien tener de sobra, eso para casos de "crisis", y fijarnos un gasto o ahorro para la crisis económica cuando las cosas van bien. En épocas peores nos van a venir bien y estaremos mejor (mientras duren las pilas/ahorros, claro).

Y la CUARTA, última y mi favorita. Cuando el tiempo pasa, aquello me parece sólo un sueño, un mal sueño con buenos ratos, que me sirvió para aprender esas cosas que sólo la vida y sus vueltas te enseña. En relidad parece que como vino se fue y que la pesadilla duró poco tiempo, y que me llevo lo bueno de ello, la lección aprendida por si vuelve a sucederme algo parecido, además de los buenos ratos. (NOTA: Eso me recuerda que tengo que arreglar el techo del patio, por si la "crisis", vamos.)

Es posible que tenga que tragarme alguno de estos consejos cuando en unos años lea esto y me descojone de ello por atreverme a ser cura en tiempos de adivinos, santeros, periodistas amarillos y políticos. Donde todos queremos una razón o una explicación a esto que nos cae encima y somos capaces de aferrarnos a clavos ardiendo. Por eso mismo no me atrevo a decirte que esto son soluciones a tus "crisis" personales, querid@ lector/a. Es lo que siento aquí y ahora, sólo es eso.

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