jueves, 3 de septiembre de 2009

conocernos, segunda parte

Después de andar un rato por aquí y por allá, de conocer a gente nueva y de retomar viejas amistades me ha sucedido como al pequeño Pokemon, que siente por dentro cómo una revolución interna le obliga a "digievolucionar", a cambiar su punto de vista y a transformarse poco a poco en la persona que desea ser.

Supongo que la soledad es el factor desencadenante del cambio por aquello de la supervivencia social y de la adaptación a un entorno en el que, sin otra persona en la que apoyarse, se ve inseguro, sin objetivos o simplemente solo. Aunque demuestre muchas veces lo contrario, veo las copas medio llenas, por lo que se que sentirse así no es malo: a mi me ha servido para reconocerlo y pensar cómo afrontarlo, sin prisa, sin agobios, sabiendo que haciendo lo que debo y reconociendo que cuando llegan las horas bajas hay que compensarlas con compañía (siempre buena y sincera, por favor) y con objetivos que me llenen personalmente, de esos que te hacen crecer por dentro como persona.

Ahora me doy cuenta que la soledad me ha ayudado a pensar, a tomar decisiones que quería tomar y que antes no podía o no quería, me ayuda a ser yo mismo y me ha proporcionado objetivos en la vida. Ahora más que nunca se que no debo abandonar esas metas que me he marcado, tanto en el terreno personal como profesional, trabajar sobre ellas sin prisa porque esa es la forma de afianzar lo logrado, y se que un montón de pequeñas metas dan la misma satisfacción que ganarte la lotería. Al fin y al cabo ser persona es más importante que ser rico y/o famoso ¿no crees?

La inseguridad es la trinidad que completa mi círculo. Aunque parezca mentira, de ella también he obtenido cosas buenas, como plantearme nuevas maneras de enfocar la vida, las relaciones, mi profesión incluso. Es la que me ha hecho tolerante con lo que desconozco porque he visto cosas buenas en donde antes ni siquiera veía nada. Supongo que es la que más debo valorar porque ha roto el cascarón de la brutalidad que nos hace sentirnos seguros de nosotros mismos, de ese pequeño mundo que creamos para sentirnos más seguros, aislados del resto para autoprotegernos. Pero sobre todo da mucha paciencia y, poco a poco, nos demuestra que ella, junto con la constancia, son las mejores compañeras de la vida.

Si subo un escalón por encima de todo esto que he escrito y trato de resumirlo sólo puedo afirmar que nada es bueno ni malo, la felicidad y la tristeza son lo mismo y que de todo debemos aprender para vivir una vida plena que, en resumidas cuentas, de eso se trata. Y si has llegado hasta este punto (has sido constante y paciente)... ¿qué más te da dejar tu opinión?

2 comentarios:

David Ramos aka "Darwin" dijo...

Tony, simplemente me ha encantado. Lo ke dices no es facil de reconocer en publico. Decirte que yo puedo compartir practicamente todo lo que dices, he sido alguien que ha tenido que superar muchisimas piedras en el camino, este camino que nunca acaba y que fabricamos cada dia, con nuestras acciones , decisiones y relaciones. A veces uno mete la pata y lo que hay que hacer es aprender de ello, otras tienes un golpe de suerte y conoces a gente maravillosa con la que te gusta estar y compartir un cachito de tu vida. Yo estoy viviendo algo de lo último, he conocido a gente estupenda ultimamente entre los que te incluyo. No se por que , pero la quimica entre la gente surge de repente, no lo puedes "fabricar" está o no está.

Bueno , que no me quiero enrollar mas.

Repito, me ha llegado lo que has comentado.

Anónimo dijo...

no te hubiece pasado lo del taxi si te hubieras quedado conmigo